Esta publicación forma parte de la campaña “10 Razones para firmar el TPAN”, que une a entidades de la sociedad civil a nivel estatal con el objetivo de que España se adhiera al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN), que entró en vigor el 22 de enero de 2021.
Actualmente hay en el mundo 13.080 armas nucleares, la mayoría de ellas con una capacidad destructiva muy superior a las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Las armas nucleares son un auténtico peligro para la seguridad de las personas, los pueblos y el medio ambiente. Cualquier uso de una arma nuclear, ya sea deliberado o accidental, tendría consecuencias catastróficas a largo plazo.
Las ciudades son, justamente, los objetivos principales de estas armas. Por ese motivo, el municipalismo por la paz, a través de la organización Mayors for Peace (Alcaldes y Alcaldesas por la Paz), está liderando una campaña para exigir al Gobierno del Estado que se comprometa de una manera clara y precisa con el desarme nuclear y que tome medidas concretas hacia su cumplimiento.
Tras años de lucha, el 22 de enero de este año entró en vigor el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN). Actualmente el Tratado cuenta con la firma de 86 países y la ratificación de 56, pero para que sea plenamente efectivo hay que conseguir que se sumen los países nucleares y los miembros de la OTAN.
La presión de los municipios y la ciudadanía es clave para conseguirlo. La intención es que acaben reconsiderando su postura al tratarse de armas contrarias al derecho internacional humanitario, tal y como ocurrió con las armas químicas y biológicas o las minas anti personas.
75 ciudades del Estado español, a través de mociones aprobadas en los plenos de sus consistorios, han manifestado su apoyo al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN) y han instado al Gobierno a firmar y ratificar el Tratado. Las mociones municipales se enmarcan en la iniciativa ‘Ciudades de Paz’, impulsada por la red de Alcaldes y Alcaldesas por la Paz y Fundipau, en el marco de la campaña internacional ‘Cities Appeal’, de ICAN.
Sin embargo, cabe destacar que, más allá de su objetivo principal, el Tratado también representa una oportunidad excelente para seguir avanzando hacia una agenda común por un mundo más justo, pacífico y sostenible y cohesionar el trabajo por la paz y derechos humanos que se viene realizando.
El próximo marzo tendrá lugar en Viena la Primera Conferencia de Estados parte del TPAN, que tratará sobre la universalización e implementación del Tratado y adoptará una declaración y un plan de acción para avanzar hacia estos dos objetivos. Los países nucleares y miembros de la OTAN que no han firmado ni ratificado el Tratado pueden participar en la conferencia como observadores. Noruega es el primer país de la OTAN que ya ha confirmado su participación. Tras la bienvenida que el Congreso de los Diputados hizo en diciembre de 2020 a la aprobación del Tratado “como un esfuerzo por avanzar hacia la paz, la seguridad y el desarme” y su apuesta por seguir trabajando junto a las organizaciones internacionales “para contribuir al proceso de desarme nuclear”, se espera que España participe como observador en la conferencia.
Las ciudades son un engranaje clave para el desarrollo sostenible y los grandes retos globales deben afrontarse también desde los municipios. Las acciones que se llevan a cabo en las ciudades tienen un impacto en el cumplimiento de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sin su participación e implicación difícilmente se conseguirán las metas planteadas a nivel global.
Conseguir la paz no pasa únicamente por eliminar los conflictos, sino que es necesario superar las causas estructurales que los originan y alimentan. Es por eso que la paz no se puede entender aislada de la construcción de la democracia, de la lucha por la libertad, de la práctica de los derechos humanos, de la cohesión social o la sostenibilidad.
HELENA ARANDA MAYOR
Xarxa d’Alcaldes i Alcaldesses per la Pau / Mayors for Peace